Imaginen la siguiente escena: En los veladores de una cafetería situada en una céntrica plaza toman el aperitivo, un joven matrimonio con una niña de apenas un año de edad, en otra mesa una señora, que aparentemente espera a alguien y en otra de las mesas un servidor, ojeando la prensa del día.
La niña, juega, quiere agarrar todo lo que le llama la atención y pasea el cochecito en el que sus padres la trajeron a este lugar, mientras entre sorbo al café y ojeada al periódico, observo aparecer en escena a una señora de edad avanzada a la que alcanzo a oír comentar en voz baja, el -cochecito en medio- la señora que espera a alguien, tambien lo oye, me cruza la mirada y ambos prestamos atención a lo que está a punto de suceder.
La señora mayor, ignorando los pasillos que se abren a izquierda y derecha, continua su marcha en linea recta hasta que de forma premeditada ''tropieza'' con el carrito y acto seguido, sugiere de muy malas formas al matrimonio que no es sitio de colocar las cosas, por donde han de pasar las personas, estos se disculpan pero la señora parece no aceptar el error y continua su marcha con malhumorado gesto, acto seguido, la señora que ocupaba la mesa de al lado, se dirige a mi diciendo, -la señora tiene razón, pero no son formas- no me apetece entrar en disputas y asiento, midiendo el gesto de manera doy a entender que lleva razón y que no me interesa comenzar un debate.
Esta escena, me sirve para explicar lo que es la política en Andalucía en la actualidad, dando pues, por hecho que quien pone el carrito en medio, por descuido o por ineptitud es el Presidente de la Junta D. Manuel Chaves, que la señora que tropieza buscando la confrontación es el lider del P.P andaluz Don Javier Arenas y la señora que, a pesar de todo, da la razón a la anciana es Diego Valderas, el líder de IU-CA.
Está claro ¿no? Versión andaluza de la pinza.
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